La iluminación no ha derribado un avión desde 1963
Desde que se inventaron los aviones, el problema de los rayos siempre ha sido una gran preocupación. Sin embargo, gracias a los avances tecnológicos y la ingeniería cuidadosa, los aviones modernos son capaces de soportar los efectos de los rayos sin que ello represente un peligro para la tripulación ni los pasajeros.
Cuando un avión es impactado por un rayo, la electricidad del rayo se dispersa por el exterior del avión sin causar ningún daño. Esto es gracias a una malla conductora que cubre la superficie del avión y permite que la carga eléctrica del rayo sea conducida a través del avión y liberada por la cola del mismo.
Desde 1963, ningún avión ha caído debido a un rayo, gracias a la investigación y el desarrollo constante de técnicas de protección contra el impacto de rayos en aviones. Los ingenieros han desarrollado materiales y sistemas que eliminan la posibilidad de que la descarga eléctrica del rayo cause daño a la aeronave.
De esta manera, los pasajeros no deben preocuparse por el impacto de los rayos durante su vuelo. Las técnicas de ingeniería aplicadas a la construcción de aviones y los sistemas de protección eléctrica han demostrado ser efectivos a lo largo de las últimas décadas, lo que ha permitido la segura navegación de los aviones en los cielos de todo el mundo.
En definitiva, la tecnología y la ingeniería aplicada al sector de la aviación han conseguido que el fenómeno de los rayos no represente un peligro para los aviones modernos. Esto se traduce en tranquilidad y seguridad para los pasajeros de cualquier parte del mundo que disfrutan de vuelos seguros gracias a la constante evolución e innovación en el campo de la ingeniería de la aviación.